sábado, 11 de julio de 2009

Del falso fundamento de las Bases Definitivas de la Paz Perpetua

Bases definitivas de la paz perpetua entre los estados.

En este capítulo, que lógicamente toman los pensadores (publicados) como el de referencia de la Paz Perpetua, Kant se mantiene en la contradicción; busca hacer la paz por la mediación del estado y, sin embargo, la finalidad del estado, la unidad armada, es la guerra, indendientemente de como organice su gobierno (el democrático, la cesión de la propiedad a los particulares, como veían los griegos, Rousseau y otros, simplemente genera más poder para el estado que es de lo que se trata).

Kant nos representa al estado como un ente creado o emergido para sacar al hombre del estado de naturaleza y ponerlo en un estado de libertades o derechos, por lo que, ahora, una vez más y analógicamente, en un paso superior del mismo proceso se establecería una federación de estados capaz de hacer con los estados lo ya hecho o sucedido con los hombres: civilizarlos, someterlos a derecho, algo que se impondría en virtud del interés de una mayoría de ellos siempre firme en, ante todo, mantener, conservar la federación como modo de evitar la guerra. Exactamente el mismo fallido proyecto del abad de Saint Pierre.

La diferencia de la propuesta kantiana es que éste establece que el sistema de gobierno de los estados a confederarse sea republicano, algo que Kant establece y define como el sistema opuesto al despotismo, no importa sea monárquico –que puede serlo, (a Kant también el dio un toque en su día el emperador de Prusia, del que era súbdito).

Las Bases Definitivas de al Paz Perpetua que establece Kant son tres: en lo que refiere al derecho público; que todos los estados sean repúblicas (algo que sucede prácticamente en la actualidad), en lo que refiere al derecho de Gentes (el derecho internacional o entre los Estados); que formen una Federación de Paz de estados independientes y en cuanto al derecho humano; que el derecho de ciudadanía universal se limite a las condiciones de hospitalidad universal.

No voy a comentar esos derechos; voy a limitarme y dirigirme a la breve introducción que de éste capítulo hace Kant de la siguiente manera “La paz no es un estado natural en el que los hombres viven unidos. El estado natural es más bien el de la guerra” Introducción que le sirve para fundamentar el derecho en si como la forma no solo de la paz, de la libertad, etc.

"La paz entre hombres que viven juntos no es un estado de naturaleza -status naturalis-; el estado de naturaleza es más bien la guerra, es decir, un estado en donde, aunque las hostilidades no hayan sido rotas, existe la constante amenaza de romperlas. Por tanto, la paz es algo que debe ser «instaurado»; pues abstenerse de romper las hostilidades no basta para asegurar la paz, y si los que viven juntos no se han dado mutuas seguridades -cosa que sólo en el estado «civil» puede acontecer, cabrá que cada uno de ellos, habiendo previamente requerido al otro, lo considere y trate, si se niega, como a un enemigo.

¿Seres autoconscientes, razonables e inteligentes que no se dan seguridades? ¿Por?

Insiste Kant:

"La autoridad suprema, al tener poder sobre los demás, brinda el recurso útil de tales seguridades”, “la anarquía representa una amenaza permanente para mi persona”.“Por lo general se acepta que una persona no pueda ser enemiga de otra, si antes ésta no le ha agredido de hecho”, pero esto “solo sucede en el estado civil”, pues “si quienes viven juntos no se dan mutuas seguridades puede ocurrir que cada uno requiera algo de otro, lo juzgue, y en caso de obtener una negativa, lo tome como adversario”. Por tanto, “la paz es algo que debe ser implantada”.

El planteamiento de Kant definiendo la libertad como posible solo en un ámbito civil, legal, 'regulado por unas leyes escritas' resulta convincente por ser la posición de la autoridad, del poderoso, sea éste quien sea; la posición del derecho (romano), por ejemplo, creado por el fuerte y que conviene a la superpotencia, la “ideología” adecuada para ejercer y mantener su predominio, pues tal posición implica y bendice su ventaja (armada) y derecho a agredir a quien pretenda armarse y/o emanciparse de su predominio. Esta definición de libertad civil, por lógica que nos parezca, no es sino una expresión de la necesaria subordinación del pensamiento al poder, como ahora veremos:

Kant soluciona esa condición “natural” de agresión mutua a causa de la naturaleza del ser humano al hacer el “arma pública” es decir, que el arma, o la violencia, se utilice solo según una justicia determinada legítimamente, republicanamente, y no según quien es el propietario del arma (lo que sería el despotismo), y su pretensión, entendemos, es que esto que ya acontece en el interior del estado se produzca a nivel mundial.

Pero lo que la justicia señala es precisamente quien tiene derecho y, por lo tanto, en que medida diferenciada puede recurrir a la violencia que le pone a disposición el estado, por lo que la agresión, la violencia, no disminuye con esa supuesta “arma pública” (la ONU misma asume y adapta esta concepción).

Así se entiende que la más atenta lectura de su proposición, en términos positivos y claros, resulte en algo muy extrañamente sospechoso: 'La autoridad suprema (que, realmente, no puede dejar de ser en este sistema particular, privada), al tener el poder sobre los demás, brinda el recurso útil de dar seguridad de que una persona (o estado en el caso de la ONU) no pueda agredir a otra si antes ésta no le ha agredido'. Según este razonamiento ¡se elimina así la agresión absolutamente! Algo que es totalmente irreal y falaz, pero lo que no se puede negar es que, en efecto, tal proposición le satisfaga al poder, a la autoridad suprema (también se puede considerar una tautología –como la autoridad pública es pública, todo lo que ella decida, la violencia que imponga es legal por defecto - precisamente la política del pensamiento "legalista" chino cuya tutoría llevó al emperador Qin hace 2200 años a unificar China para resultar ya entonces practicamente el país que conocemos ahora).

Ahora bien, ¿que dirían de esta argumentación –si pudieran- la inmensa mayoría explotada, marginada del mundo? Esa mayoría ingente que sufre la miseria, la violencia, que es forzada a servir, humillarse, prostituirse, degradarse ante el poderoso para simplemente poder comer, sobrevivir ¿no tienen derecho estos a quejarse de la agresión por el simple hecho de que ésta sea legal?

Quizás la respuesta de Kant sería; esos sometidos por la fuerza, esos marginados (pudiera ser el 90% de la población mundial) están bajo gobiernos despóticos, o no democráticos/republicanos, en ellos no hay derechos humanos, pero, ¿no será más ajustado decir que están explotados por los imperios y las potencias (democráticas/republicanas) –pues se puede vivir, sí, sin muchos bienes materiales felizmente (como los salvajes de las islas del Pacífico o la gente de los pueblos), pero lo que es más difícil, insoportable, es pasar a depender de otro para comer y que éste te pueda utilizar a su discreción, te prive de libertad, y al que hay que servir en contra de tus mismos y propios intereses.

La violencia es inmediata y permanente, el arma actúa de continuo, por eso no puede definirse en términos de antes y después, esto es, según la historia. La historia es sí el cambio en la relación de fuerzas, que mantendrán ese sistema de derecho a su conveniencia, 'legitimarán', 'legalizarán' el cambio, pero nada tiene que ver esto con la paz, con la ausencia de violencia. El mal es la agresión, eso es lo que hay que resolver, y no justificar el poder. Y, en efecto, Kant, en realidad, no está planteándo aquí la paz, la eliminación de la violencia, de la agresión, del arma, eso no le estaba permitido, es decir, le era impensable, por lo que se limita a justificar, explicar, el derecho a utilizarla.

En la experiencia histórica china se constituyó un imperio que abarcaba “todo bajo el cielo”, es decir, un sistema de derecho común, pero eso no bastó para traer la paz. Una y otra vez, la concentración de la riqueza y el empobrecimiento del campesinado fue la causa de la guerra –ya que el derecho (formal) implica que una riqueza (material) se conserve en tanto se aumenta. Así la guerra en China toma la forma que definen solemnemente las palabras con las que da comienzo solemnemente el libro Los Tres Reinos -el dedicado a la guerra de entre Cuatro Grandes Clásicos Chinos: “El imperio está unido, debe romperse, el imperio está roto, debe unirse” (incluso cuando el inmenso estado chino fue conquistado en algunos periodos por pueblos exteriores, siempre fue debido a la colapso previo del sistema poder interno). Kant achacaría el fracaso del estado chino en mantener la paz a su sistema despótico. Y, en realidad, el estado chino hizo todos los esfuerzos que pudo para controlar y regular ese ineludible y dramático proceso que conocía tan bien y evitar que la creciente generación de marginación de su sistema acabase en su derrumbamiento una y otra vez, así, muy seguramente, con ese fin facilitó la entrada del budismo, pero, lo intentó, sobre todo, con el funcionariado, precisamente la misma solución del comunismo.

Con la diferencia de que en nuestra época el comunismo chino, tras una primera experiencia de consolidación del estado con el maoísmo, es ya capaz de exportar la pobreza que genera en tanto se capitaliza de modo que no incide ahora en su propia seguridad, tal como han venido haciendo las otras potencias.

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